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  • Por Dr. Daniel Urcía, Pte. de Fifra

Para lograr transparencia hay que corregir las normas que distorsionan el mercado


Desde Fifra apoyamos los controles que ayudan a mejorar la transparencia de la cadena de ganados y carnes, por eso creemos necesario producir cambios en el límite mínimo de faena de terneras lo que favorecerá al desarrollo productivo, a la industria y al comercio de carne.

El análisis de los datos de junio confirman algunas tendencias que ya se insinuaron en los meses anteriores.

El aumento de la participación de las hembras en la faena nacional demuestra que la retención para ampliar el plantel de madres llegó a su fin.

La faena de hembras, pero también el crecimiento del stock que ronda el 1% interanual son las causas de la mayor oferta de ganado gordo.

Cuando se analiza la composición de la faena de hembras queda claro que está compuesta por vacas cuyo principal destino es exportación y, por otro lado, por terneras y vaquillonas con destino a consumo interno, lo que hace una participación del 43 % sobre el total.

Cuando se analiza la participación de todas las categorías -análisis que es posible porque SUCCA publica los datos en el sitio de AgroIndustria "Gestion de la información" ( datos que fueron públicos desde la época en que funcionaba la Junta Nacional de Carnes pero que desde la gestión de Echegaray en ONCCA se dejaron de mostrar)- se concluye que el 57% está compuesta por categorías livianas (31,5 % de novillitos y vaquillonas, 25,5 % de terneros/as, siendo mayor en 10.000 cabezas la faena de terneras), la vaca agrupa el 19,6 % y la categoría Novillos representa el 21,6%.

La tan alta faena de animales livianos –una constante en los últimos años- está indicando a las claras que el sistema productivo y de consumo ha mutado. La gran paradoja es que el sistema cambió durante los años en que los estuvo (y está) en vigencia peso mínimo de faena.

Coincidimos con todos que lo deseable sería producir animales más pesados y enviarlos a faena con mayor peso pero no somos idealistas ni fundamentalistas. Queremos un sistema transparente y para eso consideramos que debemos corregir las normas que generan distorsiones.

Por este motivo la semana pasada solicitamos al Ministro de AgroIndustria Cr. Ricardo Buryaille se adecue la normativa relativa al peso mínimo de faena diferenciando terneros machos de hembras.

El primer beneficiado de una reforma como la que propusimos será, sin dudas, el productor de cría que dejará de obtener un bajo precio por sus terneras ya que los corrales no las prefieren porque no llegan al peso mínimo a igual ración de alimentos que el macho y cuando se las lleva a un proceso de recría en los corrales se pierde toda rentabilidad posible; entonces para compensar esas pérdidas los feedlots se ven obligados a pagar menos en la compra.

El segundo beneficiario será el productor de novillos, porque podrá adquirir los terneros machos sin competir con los engordes intensivos.

En tercer lugar ubicamos a los operadores en general (productores, intermediarios, titulares de faena y frigoríficos) que actuarán bajo una normativa cumplible y eso los llevará a dejar de ocultar la realidad.

Por último todo el sistema ganaría en transparencia porque la disminución de 17 kilos en el peso mínimo de la res de terneras calculado sobre el total de faena de 2016 (1,7 millones) hubiera representado el 1% de la producción total de kilogramos de carne de todo el año. Con este análisis también demostramos que, el peso mínimo de faena, no agrega sustancialmente mayor producción de carne.

Esta semana arranca la Exposición Rural de Palermo. Durante los días 20 y 21 de Julio se analizará toda la problemática del sector de carnes con la participación de funcionarios y referentes del sector, por lo que desde este medio invitamos a todos a participar para debatir y construir concesos sobre las medidas que necesita la actividad para desandar el camino del crecimiento.

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