La caída en el precio de los subproductos y los continuos incrementos de costos llevan a que las empresas se vean obligadas a cobrar por el servicio a los usuarios.
Desde mediados de 2015 el precio del cuero no paró de bajar. En términos nominales la reducción de su valor en pesos es del 100% pero en dólares es todavía mayor, hoy el cuero cale el 25% que entonces.
Además se deterioró el ingreso por la venta de los demás subproductos y actualmente lo que perciben los frigoríficos no alcanza para cubrir los costos de la faena que tuvieron importantes subas y que se componen básicamente de mano de obra, energía, combustibles, servicios varios y amortizaciones de instalaciones.
El costo de la faena depende de cada planta, de cuán moderna sea, de su cantidad de empleados y otras cuestiones pero, en resumidas cuentas, se puede decir que actualmente va de los $4 a los $6 pesos por kilo producido mientas que en promedio se cobran $2 por la suma de la venta de cueros, sebos y achuras. Esa diferencia es la que llevó a que la mayoría de las empresas hayan comenzado a cobrar a los usuarios por el servicio de la faena. “Para ser claro, el que no cobra el servicio es difícil que no esté en una situación de quebranto” dijo Daniel Urcía, presidente de FIFRA .