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  • Por Lic: Ignacio Iriarte / Fuente: Diario La voz

Caída en precios del cuero complican a los frigoríficos


El valor del cuero sigue cayendo lo que reduce los ingresos de los frigoríficos y achica su capital de trabajo.

La baja es de tal magnitud que el principal ingreso de las plantas consumeras han pasado a ser las achuras.

El valor del cuero sigue cayendo, lo que arrastra a la baja el valor del crédito bruto de matanza o recupero bruto de todos los frigoríficos, tanto a los de consumo como los de exportación.

Hace 27 meses el crédito bruto de matanza de un frigorífico mediano de la provincia de Buenos Aires era de tres pesos por kilo en gancho y hoy, para el caso de los novillitos, ese valor apenas supera los $4,20, cuando desde entonces la inflación ha sido del 200 por ciento.

El cuero a nivel internacional ha sufrido una fuerte caída en los últimos dos años.

La disminución en el valor del subproducto se produce debido a la reducción de la demanda mundial. Como reflejo no sólo de la menor actividad de la industria automotriz y del calzado, sino también por la sustitución del cuero vacuno por sintéticos, cuyo precio relativo ha bajado mucho como consecuencia del derrumbe de precios del petróleo.

En los últimos dos años, el cuero de novillo en Chicago ha caído un 33%; en Brasil, 48% y en Uruguay, 45%.

En la Argentina el cuero cotiza hoy –a valores corrientes– un 33% más bajo que hace dos años, complicando enormemente las finanzas de los frigoríficos.

La baja en la cotización del cuero es de tal magnitud, que hoy el principal ingreso de las plantas consumeras han pasado a ser las achuras, por cuyo conjunto o “completo” se obtienen unos $450, contra unos $360 a $380 que se obtienen por un cuero, para el caso de un novillito de 230 kilos en gancho.

A lo largo de los últimos dos años, pero especialmente en los últimos meses, los costos de una industria frigorífica típica consumera (salarios, energía, fletes) han crecido mucho más que los ingresos (cuero, achuras, grasa). La situación se complica porque ante un achicamiento de los márgenes industriales es muy difícil trasladar esto al precio de la hacienda, la cual es muy escasa, o trasladarlo al precio al mostrador, por la resistencia de los consumidores a pagar mayores valores.

El panorama se complica adicionalmente tanto para los consumeros que venden medias reses como para los frigoríficos llamados “exportadores” que venden cortes en cajas a carniceros y autoservicios, por el nivel de “achique” que se observa en la calle.

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