La faena de noviembre, al igual que en octubre, volvió a superar el millón de cabezas y representó el segundo mayor registro del año. Según las estadísticas de Senasa se faenaron 1,034 millón de animales lo que implicó un crecimiento del 2,7% respecto de octubre cuando ya se había registrado un incremento con relación a septiembre.
El mal clima del invierno y parte de la primavera retrasó los engordes lo que acumuló la oferta para los últimos meses del año.
A la mayor oferta de carne vacuna se suman la importante oferta de carne de pollos que terminaría el año en 48 kilos por habitante/año y también la de cerdos que de acuerdo a estimaciones privadas rondaría los 15/17 kilos.
Es cierto que la oferta de carne es alta, pero la tranquilidad del mercado ganadero se explica sobre todo por la debilidad de la demanda interna a causa de la situación económica.
En noviembre la faena creció 2,7% respecto de octubre. El analista Fernando Gil de la consultora Agroideas destacó que “se modificó el patrón de ventas, en noviembre de este año la faena fue 5% superior a la de igual mes del año pasado, cuando en octubre de 2016 había sido menor que la de ese mes del 2015”. Esto obedece a la demora en la terminación de la hacienda por el impacto del clima y el alargamiento de los procesos productivos.
De las estadísticas de la faena de noviembre se destaca el incremento de la presencia de hembras explicado por la mayor presencia de vacas y vaquillonas, mientras que la categoría terneras tuvo una fuerte baja. El mes pasado las hembras representaron el 43,6% del total lo que implica un cambio importante respecto de los registros de este año. Es temprano para hablar de un freno en la retención de hembras pero al menos es necesario hacer notar el cambio. De todos modos el promedio del 2016 se ubica en 41,5% lo que da cuenta del importante proceso de apuesta a la cría que hicieron este año los ganaderos.
En cuanto a la performance de la faena en los primeros 11 meses del año hay que señalar que sigue baja la de terneras y vaquillonas con caídas de 12% y 13% mientras que en novillos y novillitos la merma es menos, de apenas 3% y 5% lo que indica que el proceso de recría no tuvo la fuerza que todo el sector espera para la recuperación del stock de novillos.