El feedlotero y nutricionista Antonio López Da Silva hace su balance de lo que fue el 2016 para la actividad y señala los motivos por los que espera buenos resultados económicos para la actividad este año.
¿Cuál es el balance del 2016 para el engorde a corral?
Fue un año durísimo, muy difícil, trabajamos mucho para una rentabilidad magra. En el primer semestre sufrimos la suba del maíz y en el segundo el encarecimiento de la invernada.
Al quitarse las retenciones al maíz y eliminarse las restricciones al comercio su valor subió mucho, muy encima de Chicago y todavía sigue 10/15% por encima de la referencia de ese mercado. Que el alimento esté tan caro sin lugar a dudas es perjudicial para la actividad, pero así suceden las cosas en nuestro país cuando se producen cambios de escenario tan bruscos.
En el último tramo del 2016 se redujo la oferta de invernada lo que elevó sus cotizaciones y a eso hay que agregar que por el efecto del clima y el alargamiento de los procesos de engorde se concentró el grueso de la oferta en los últimos meses lo que deprimió los valores de venta del ganado para faena.
De todas formas ustedes siempre señalaron que prefieren trabajar con un maíz caro.
Sí, porque eso permite que haya más oferta, incentiva al productor a sembrar el cereal. En otras épocas, cuando el mercado estaba intervenido, pasamos años de muy baja oferta. Hay que tener en cuenta que el maíz es la materia prima definitoria en el engorde. Se puede engordar sin maíz pero los resultados no van a ser los mismos.
Además, los que hicimos inversiones para hacer un uso profesional del alimento valorizamos la disponibilidad de maíz porque su menor presencia en la dieta malogra la calidad del producto carne que mejoró mucho en los últimos años. Recordemos que en los años 90 la carne de feedlot fue muy criticada, pero no tiene nada que ver con la que se produce ahora cuyo sabor mejoró muchísimo gracias al procesamiento de granos, de fibra, la incorporación de forraje de alta calidad y gracias a eso se mantiene la terneza, el sabor y la jugosidad incluso en las categorías de más kilaje.
¿Qué estrategias productivas implementaron para enfrentar esas dificultades a las que refería anteriormente?
Lo que se buscó fue mejorar la eficiencia productiva sobre todo en los establecimientos que ya tienen años de ajuste y perfeccionamiento en todo lo que tiene que ver con las instalaciones, el mantenimiento, la alimentación, la sanidad, etc. Seguimos buscando la mejora de la eficiencia. Lo que mejora el costo es la reducción del gasto en alimento para producir un kilo de carne. Tengamos en cuenta que las demás variables no las podemos controlar y entre ellas se destacan los costos operativos, la mano de obra, el gasoil.
¿Qué esperan de este año y de la zafra próxima?
Se vislumbra un buen año para el engorde a corral. Creemos que los precios del maíz se normalizarán y que reflejarán los valores del mercado mundial. Esperamos que haya más producción del cereal gracias a la ayuda de las lluvias.
Además, la oferta de terneros será mayor, el Senasa ya lo estuvo anticipando. Eso no significa que se vaya a encerrar más en la zafra ya que gran parte de la oferta iría a la recría a campo que es lo mejor que nos puede pasar ya que eso permitirá terminar la hacienda con más kilaje lo que significa una mayor producción de carne y un incremento del excedente de exportación.