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  • Por Dr. Daniel Urcía, Vicepresidente de FIFRA

El Rec y el iceberg


La puesta en marcha del remito electrónico requiere de otras reformas fiscales a nivel nacional y en las diferentes jurisdicciones, especialmente en provincia de Buenos Aires y CABA, caso contrario se corre el riesgo de que fracasen los avances hechos hasta el momento. También se comenta qué se espera de los precios de la carne y de la hacienda.

La noticia relevante del mes y especialmente de la última semana fue la publicación por parte de AFIP del remito electrónico de carnes (REC) y el rechazo que ha generado en el sector agrupado en CAMyA (Cámara de Matarifes de Buenos Aires).

A nuestro criterio el REC es solo la parte visible del témpano, por dicho motivo cuando se discutió sobre la idoneidad de ese instrumento para transparentar la actividad siempre dijimos que previamente debían darse otras reformas que tienen que ver con la cuestión impositiva y tributaria de índole nacional y local (provincias y CABA).

El verdadero problema de la informalidad del comercio minorista en general de Argentina es la alta presión tributaria, en ese marco se desarrolla el negocio de las carnes y por la alta competitividad (cantidad de oferentes y demandantes – productores, frigoríficos, matarifes, carnicerías) de este sector, la “evasión” se trasladó al precio final y el cumplimiento fiscal se transformó en determinante de la sobrevivencia o la quiebra, especialmente en el mercado de mayor consumo del país (CABA y Gran Buenos Aires).

Esta situación es comprendida por la Mesa de las Carnes y por funcionarios de AgroIndustria y Jefatura de Gabinete, que son los interlocutores públicos con organismos responsables tributarios (AFIP, ARBA, AGIP, DGR, API y otras veintena de jurisdicciones); pero los tiempos de consenso y burocráticos no son los mismos en cada uno de ellos ni en el sector privado que ahora debe cumplir con esta nueva exigencia de AFIP que fijó plazos a través de la publicación de la norma en cuestión y detonó la respuesta en contra del primer sector (matarifes) que sufrirá las consecuencias ante la demora en la reforma impositiva de los otros responsables (ARBA).

En la cadena de ganados y carnes todos los actores privados estamos de acuerdo en que la misma debe ser transparente y que cada uno debe cumplir con sus obligaciones fiscales y previsionales, pero, para que ello ocurra se deben producir reformas que lo hagan posible. Cuando las alícuota sobre un producto de alto consumo y de baja rentabilidad, como es el caso de la carne vacuna, hacen prácticamente confiscatoria la actividad, el incumplimiento se vuelve norma. Cuando criterios tecnocráticos que fracasaron sistemáticamente se anteponen ante verdaderas políticas de estado se deben tomar definiciones desde las máximas autoridades. A nuestro criterio en el caso del Impuesto a los Ingresos Brutos de la provincia de Buenos Aires es momento que el Ministerio de Economía o la Gobernación tomen una resolución al respecto, de lo contrario todo lo avanzado en el sector corre peligro de desmoronarse. En tal sentido, en la última reunión de la Mesa de las Carnes (realizada el 27 de marzo) el presidente Mauricio Macri instruyó especialmente a Jefatura para avanzar en las reformas tributarias necesarias, allí expresamos un voto de confianza para que logren el cometido y así el REC sea un instrumento válido y eficiente y no un obstáculo más para el sector formal.

Los datos económicos del sector que se incluyen en nuestro News son elocuentes que se avecinan cambios importantes para el segundo semestre del año. Si bien hubo aumentos de precios de la carne a nivel de carnicerías todavía no equiparan el atraso respecto a la inflación y todavía están amortiguados por el efecto sequía que aumento la oferta de ganado. Hubo aumentos salariales, en las tarifas de los servicios públicos, en combustibles y obviamente tiene que llegar un aumento de la hacienda sin incidencia de factores climáticos.

En este nuevo escenario el sector que seguramente sentirá el impacto será el abocado al consumo doméstico con menores faenas y ventas, por ende la reforma tributaria local es “urgente” que se realice.

Por el contrario con la nueva relación de tipo de cambio el sector exportador ha mejorado su competitividad y comenzará a traccionar su demanda y esperamos que sirva de aliento para la producción de la categoría novillos que sigue siendo la materia pendiente.

En virtud de este panorama y el contexto económico del país, creemos oportuno mencionar que en virtud a que está por vencer el 30 de junio la norma que permite la faena de terneros hembras y machos con pesos diferenciados debería prorrogarse su vigencia por otro periodo igual y de esa manera no tendría impacto económico sobre los precios. Por otra parte permitirá que el ingreso a los corrales de terneras de bajo peso durante los meses de abril y mayo (por la sequía) puedan salir bien terminados sin sobre-engrasamiento.

Finalmente, no podemos dejar de señalar que el pasado 10 de junio se celebró el día del trabajador de la carne, saludamos a todos ellos!!!

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