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Crédito: www.defrentealcampo.com.ar

Cambios en controles al peso mínimo de faena


El gobierno decidió ampliar la tolerancia al incumplimiento en el peso de faena. No se considerará infracción si hasta un 10% de las reses que componen la tropa se encuentra por debajo del peso mínimo. Sólo se cobrará la caución por los animales que superen ese porcentaje.

En Bichos de Campo se publicó una nota en la que explica los cambios en la normativa respecto de los controles al peso mínimo de faena. En esa página se indica que los márgenes de tolerancia para los productores que envían al mercado bovinos que no cumplan con el peso mínimo de faena establecido, que es de 300 kilos por animal en pie. La decisión se produce en momentos en que varios referentes del sector discuten los resultados de esta prohibición de faena de animales demasiado livianos que se aplica desde 2007”.

“Según el artículo 4 de la Resolución 26/2018 de la secretaría de Agricultura, dependiente ahora del ministerio de Producción y Trabajo, de ahora en adelante no se considerará infracción si hasta un 10% de las reses que componen la tropa se encuentra por debajo del peso mínimo establecido precedentemente y siempre que las mismas alcancen, al menos, los 149 kilos”.

Luego la norma aclara que “en el caso que se supere dicho porcentaje (el 10% de animales en infracción), sólo se considerará en infracción la cantidad de reses que sobrepase el porcentaje de tolerancia establecido”.

Por ejemplo, si se mandan 100 animales a faena y 13 pesan menos de 300 kilos o su peso en gancho es inferior a los 165 kilos se pagará la multa por los tres animales que superan el 10% admitido, aunque siempre que pesen más de 149 kilos. La caución sigue siendo de 10.000 pesos y, según fuentes oficiales, no se está pensando en modificarla.

En caso de que los animales que no den con los 165 kilos en gancho (o 300 en pie) tengan a su vez kilajes menores a los 149 kilos (equivalentes a 270 kilos en pie), se pagará la multa por el total y no por la cantidad que supere la tolerancia antes definida de 10%.

Este cambio fue solicitado hace tiempo atrás por los matarifes que, en función de los cambios en el control comercial de la cadena, se vieron obligados a blanquear su negocio y a soportar una presión tributaria mayor dentro de un mercado doméstico en el que es cada día más complicado colocar el producto y en el que se están estirando los plazos de pago de la carne y de la hacienda.

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