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  • Crédito: www.infocañuelas.com

Precios de la hacienda suben muchos más que los de la carne


La reducción de la oferta y una demanda que no quiere resignar ingesta de carne vacuna propiciaron la suba que muchos esperaban para febrero o marzo.

Al comparar los valores promedio de enero respecto de los que se vieron en enero con los de diciembre se observa una mejora del 20% para el novillo, de entre 13 y 15% para el consumo liviano y de 18% para la vaca. La recuperación de los precios de la hacienda que estuvieron estancados y pérdidas reales importantes durante los últimos años) son valores que supera 9 o 10 veces lo que promedió la inflación y además superan por mucho lo que se puedo trasladar de esa suba al valor de la carne.

También hubo una recomposición muy importante cuando se hace la comparación interanual que en esos casos y dependiendo de la categoría vacuna que se analice fue de entre 65% y 75%.

Esa mejora no fue convalidada por el consumo interno. Al respecto y comando como referencia el informe de precios mensuales que hace el IPCVA, en enero el precio promedio de la carne vacuna aumentó 8,5% y en los últimos 12 meses la suba fue de 50%.

Es muy importante el salto en el precio en la góndola. La lectura positiva es que la demanda interna aún con el castigo que le propinó la inflación el año pasado sigue absorbiendo entre 55 y 60 kilos de carne en gancho y se banca subas de esos porcentajes en un solo mes.

Pero también hay una lectura un poco menos optimista o quizá realista y tiene que ver con la brecha entre lo que se le pagó al productor y lo que cobró la industria cuando tuvo que vender la carne. Para los frigoríficos y matarifes el insumo principal (la hacienda) aumentó en promedio 20% de un mes a otro y el producto que venden sólo 8,5%, ese desfasaje en algún momento se va a corregir.

En su último Informe Ganadero el analista Ignacio Iriarte deja planteada la cuestión de este modo. “los compradores, que argumentan que el consumo está muy débil, no quieren convalidar las subas de precios en directo, se remite el ganado a Liniers, donde matarifes, supermercados y frigoríficos deben abonar lo que no quieren pagar en directo. A este cóctel, de precios muy atrasados para la hacienda de consumo, y de restricción de oferta a la espera de nuevas subas de precios, deben agregarse las lluvias -cortes de caminos-, y las olas de calor sobre el final del mes, que impidieron también que la oferta fuera fluida. ¿Es esta la suba estacional de febrero-marzo que este año se ha anticipado?”.

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