Los hermanos Alba arrancaron en el negocio de la carne como empleados de un frigorífico, fueron matarifes y desde hace 15 años tienen una planta propia con tránsito federal que atiende al litoral argentino.
Los hermanos Héctor y Sergio Alba desde muy jóvenes se vincularon al negocio de la carne vacuna. Uno de los primeros trabajos de Héctor fue el de ventas y cobranzas de la carne producida en otro frigorífico de Entre Ríos.
Con el tiempo fueron desarrollando su negocio comercial como matarifes en el que abastecían de carne vacuna a diferentes localidades de esa provincia hasta que les llegó la posibilidad de alquilar un matadero provincial que con ayuda pública y privada pudieron remodelar de la forma necesaria para el desarrollo de esta actividad.
Luego les surgió la posibilidad de arrancar con uno propio. Hace quince años comenzaron con la construcción de la empresa ubicada en San Justo a pocos kilómetros de Concepción del Uruguay. Dos años más tarde la planta estaba en marcha.
En el frigorífico Alba y Co dan empleo a cerca de 60 personas. Allí faenan 2.200 vacunos 1600/1800 cerdos por mes.
Héctor Alba se refirió a la actualidad del negocio de la carne y a las perspectivas teniendo en cuenta el contexto económico y social del país.
“Los feedlots mejoraron su ecuación en los últimos dos meses, pero vienen de mucho tiempo con pérdidas. De todos modos, hay que ver si al final del ciclo y con los precios que tiene el costo de producción el resultado es positivo. Todo esto dificulta la producción de carne y la oferta consecuente”.
Además hay complicaciones del lado de la demanda debido al efecto negativo de la inflación sobre los salarios lo que deriva consumo a las otras especies como la porcina especialmente y también al consumo de carne aviar.
“Veo que la demanda de carne vacuna va a decrecer por la caída del poder adquisitivo del consumidor argentino. Producir cerdos y pollos es menos costoso que producir hacienda vacuna y en este contexto económico ganan espacio entre las preferencias de los ciudadanos”.
Los hábitos de consumo están cambiando. “La dieta cárnica se va pareciendo más a la que ha a nivel mundial donde los productos más consumidos con la carne de pollo y cerdos que tienen ciclos biológicos más cortos, son un negocio totalmente distinto al vacuno”, dijo Alba quien consideró que la vacuna con el paso del tiempo cederá más espacio y se irá transformando una especie de carne Premium.
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