Un nuevo informe del Rosgan a cargo de la analista María Julia Aiassa da cuenta de la importancia que tiene China para las exportaciones argentinas aunque resalta lo que está pasando con otros mercados y la necesidad de un plan estratégico para diversificar mercados.
De acuerdo a los datos oficiales publicados por el INDEC, la exportación de carne vacuna durante el mes de junio totalizó 49.241 toneladas peso producto. En su equivalente de res con hueso, unas 72.592 toneladas, 14,3 mil toneladas menos que el récord de 86.918 toneladas equivalentes alcanzado en mayo.
Así como el inesperado crecimiento de los meses previos fue explicado por China, la principal caída de junio también responde a este destino que en mayo llegó a representar cerca del 90% de las ventas totales al exterior.
Del total exportado en junio, China participó con 54.724 toneladas (res c/hueso), 22 mil toneladas menos que las embarcadas el mes previo.
Como lo mencionábamos en Lotes anteriores, los estrictos controles implementados por China luego de encontrar trazas del Covid 19 en mercadería importada, ha generado una elevada congestión de las cargas en sus puertos y altos costos adicionales para los importadores. Sumado a ello, ante el temor de un eventual rechazo y decomización del cargamento, varios exportadores han optado por detener transitoriamente sus embarques a China ante posibles casos de Covid entre su personal de planta, lo que también restringe temporalmente la oferta exportable a ese destino.
Si bien la expectativa era que todo ello redundaría en una mejora en los valores FOB de la carne importada por China, ese efecto no se ha visto reflejado hasta el momento. En junio, el promedio de la tonelada FOB fue de USD 3.649 lo que marca un retroceso del 10% respecto de los USD 4.042 por tonelada del mes de mayo. Sin embargo, en las últimas semanas los valores de los principales cortes que lleva China muestran cierta tendencia al alza –entre un 7 y 9%- que sí debería verse en las cifras de julio, al menos como una recuperación parcial de cedido en el último mes.
Afortunadamente, Europa está recuperándose muy sostenidamente. Esto se ve no sólo en volumen sino también en los valores pagados. El inicio del nuevo ciclo Hilton 2020/21 ya refleja esta recuperación acompañando una cautelosa flexibilización de las restricciones impuestas por los países europeos a causa de la pandemia.
El volumen total exportado a este destino -incluido lo remitido bajo el contingente Hilton y 481- alcanzó las 3.550 toneladas peso producto de carnes enfriadas, unas 5.300 toneladas en su equivalente de res con hueso, 21% más que lo embarcado en mayo. Esta cifra marca por segundo mes consecutivo una recuperación de los volúmenes desde el piso de 1.700 toneladas equivalentes registrado en abril pasado, en plena paralización a causa del Covid.
A su vez, el valor promedio de la tonelada exportada aumentó un 8,5% en el último mes, superando nuevamente los USD 8.000 la tonelada. Si nos ajustamos exclusivamente en las partidas Hilton, en las últimas semanas hemos visto alzas de hasta USD 2.000 la tonelada, pasado de valores de 11.000 a 11.500 dólares e fin de junio a 13.000 a 13.500 dólares actuales para cortes como el Ral o el Bife Ancho Hilton.
Sin embargo, localmente, la mayor limitación para acompañar este crecimiento se encuentra en la escasa disponibilidad de novillos pesados aptos para este mercado. Más aún, dentro de esta limitada oferta, existe menor cantidad de novillos elegibles para Hilton por la gran cantidad de campos que fueron deslistados para abastecer esta cuota o incluso por la menor reinscripción de muchos productores que optaron por mantener sus corrales.
Además de Europa, en junio también volvió a aparecer Israel con 2.022 toneladas equivalentes de carnes congeladas, tras caer a un piso de 485 toneladas durante el mes de mayo, como consecuencia del retiro de los rabinos de las líneas de faena Kosher.
A su vez, dentro de este mismo segmento de congelados, se destaca la incorporación de Estados Unidos con 6.217 toneladas equivalentes desde las 840 toneladas embarcadas en mayo. En lo que va del año, EE.UU. lleva compradas unas 8.151 toneladas peso producto (12.200 toneladas equivalente carcasa) por casi 40 millones de dólares. Una cuota muy interesante que también ayuda a contrarrestar los vaivenes de China.
En suma, la participación de China durante el mes de junio volvió a situarse en niveles cercanos al 75%, tras haber alcanzado en mayo el 89% del total exportado. Claramente China es el gran motor del comercio mundial de carnes y el déficit estructural que seguirá presentando en los próximos años tras el fenomenal faltante ocasionado por la peste porcina, lo seguirá posicionando como el principal mercado a abastecer.
No obstante, es momento de trabajar fuertemente en el desarrollo y consolidación de otros mercados, más allá de China. Toda la cadena necesita trabajar coordinadamente en diferentes aspectos desde productivos y sanitarios, hasta aquellos que involucran cuestiones de bienestar animal y sustentabilidad ambiental, las próximas exigencias del mundo post pandemia.
Esto redundará en animales terminados que ofrezcan una integración de la media res mucho más eficiente, pudiendo abastecer desde mercados de alto valor, que demanden cortes de calidad, certificados y con estrictos estándares productivos, a destinos más transaccionales, de mayor volumen y menor valor.
En este sentido, más allá de China y los tradicionales mercados europeos, Israel o Chile, existen otros mercados a desarrollar fuertemente como Estados Unidos, Japón, e incluso destinos de Latinoamérica como Perú o Colombia, donde también existen nichos interesantes para explotar. Sin embargo, la exploración de nuevos mercados no debe limitarse al solo esfuerzo de marketing. Los estándares de trabajo demandados por nuestros mercados objetivos, deberían configurar el eje principal de un plan estratégico-productivo de largo plazo, a nivel nacional.
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