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Foto del escritorFIFRA Informa

Frigorífico Flor de Ceibo: una familia que siempre aposto todo al negocio cárnico.

La familia Dabín arrancó con una carnicería y hoy cuenta con un frigorífico ciclos 1, 2 y 3 que además quiere exportar y seguir creciendo.


En este newsletter de Fifra vamos a compartir la historia de la familia Dabín. Walter hoy es el presidente de la firma y nos contó que aprendió las cosas más importantes del rubro de la mano de sus de sus padres: Abilio Óscar Dabín y Liliana Rosa Caluva.


Lo que más rescata de su aprendizaje es el valor de la palabra, la unión familiar, la confianza y el apostar al trabajo dejándolo todo. Sus padres arrancaron con su primero negocio en el año 1979, cuando Walter tenía apenas 3 años: “siempre se hizo todo desde cero. El primer paso fue la puesta en marcha de una carnicería en la casa de un familiar, justo en frente de dónde hoy está situado el frigorífico”.


Con el paso del tiempo sus padres lograron comprar tres cuarta hectárea en frente, en la que armaron una carnicería más grande, más completa, con cámara y un pequeño matadero.


En los años 90, debido a las nuevas exigencias sanitarias para la industria de la carne, se decidido comprar más hectáreas, con el objetivo de desarrollar la empresa y hacerla crecer, un denominador común en esta firma y en la vida de esta familia.


Allí se comenzó a gestar la idea de construir el frigorífico que hoy se encuentra ubicado en la Ruta Nacional Nro.12, km 38 (actualmente km 474), a solo 38 km de Paraná y cerca de Cerrito, provincia de Entre Ríos.



Las nuevas exigencias impulsaron a la familia a poner en marcha el proyecto de una pequeña planta siguiendo las exigencias sanitarias de la Dirección de Ganadería de la Provincia.


En el año 95, terminados sus estudios, Walter se aboco por completo al trabajo y a compartir responsabilidades con sus padres; “El negocio del frigorífico nos fue llevando a invertir en infraestructura, maquinarias, herramientas, logística como así también tomar más personal para aumentar nuestra capacidad de faena y distribución. Lo que en su momento comenzó con una carnicería hoy es una planta que tiene una faena promedio de tres mil cabezas mensuales entre bovinos y porcinos. Además, cuenta con cuarteo, ciclo 2 (desposte, envasado, congelado) y ciclo 3 (elaboración) el cual se encuentra en período de desarrollo” indicó el ahora conductor de la empresa.


Walter contó que hace pocos años atrás era mayor la faena de vacunos que la de cerdos, pero “los cambios en el consumo hicieron que eso se revierta. La gente busca alternativas más que nada por una cuestión económica, el bolsillo tira y entonces se buscan opciones más económicas como la carne de cerdo, aunque está claro que la preferencia es siempre la carne vacuna”.


En la empresa, luego del resultado electoral, están como en el resto del país, a la espera de las próximas medidas políticas y económicas. Quieren invertir, lo vienen haciendo hace años, eso los llevó a expandirse a otras provincias como Corrientes y Misiones que hoy son sus principales mercados. Quieren apostar al crecimiento de la empresa y a buscar la aprobación de certificaciones que les permitan acceder a mercados internacionales.


La charla con Walter, su historia -que es la de su familia y la empresa- refleja el deseo de continuar adelante, junto a su esposa y colaboradores. es un ejemplo de las ganas que tienen los empresarios de seguir apostando al país y de no bajar los brazos a pesar de que la actualidad es bien compleja.


Crédito: familia Dabín

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