Raúl Azcona dirige el frigorífico Sudeste en Bell Ville, provincia de Córdoba. Dice que lo importante de la empresa en la función social que cumple: da empleo, ayuda a pequeños productores de porcinos y vacunos y ayuda a que más de 100 comunidades accedan a la carne de esas especies.
Hace 30 años Raúl Azcona compró el frigorífico Sudeste S.A. ubicado en la localidad cordobesa de Bell Ville. Fue la única empresa de la región que al calor de la ley federal de carnes y con el paso de los años siguió invirtiendo en infraestructura y logística. Por eso fue también la única de un grupo de casi 30 mataderos provinciales que sobrevivió a los vaivenes de las políticas y de las crisis económicas en la Argentina.
Cuenta Azcona que primero logró obtener el alquiler de la empresa tras una licitación y que al segundo año pudo comprarla. Él y su esposa son los propietarios de la firma, aunque en la gestión los acompañan en grupo de profesionales de extrema confianza que hacen posible la misión de la compañía: dar un servicio a los productores comercializadores de carne y a la comunidad de la región.
“A medida que pasaban los años nos fuimos capitalizando reinvertimos el dinero en más capacidad de frío, en logística y en maquinaria. Se invirtió en forma permanente y así llegamos a este nivel de faena, a tener cerca de 100 empleados” dijo orgulloso Azcona. Actualmente la empresa faena cerca de 13 mil cerdos mensuales y unos 4500 vacunos lo que le permite pelear el primer puesto con otros importantes frigoríficos de Córdoba. “Por suerte trabajamos a tiempo completo” indicó.
Crédito: Frigorífico Sudeste SA
El industrial de la carne sostiene que la suya es una empresa con una característica especial que tiene una función social y otra económica importante en la región no solo por el trabajo que genera sino por el servicio que brinda. “Atendemos a más de 100 productores de cerdos o feedloteros chicos y también a una cantidad similar de despostadores y vendedores de carne de la región. Nos encargamos luego de la distribución de la carne y así llegamos a más de 100 localidades en la provincia Córdoba y en algunas vecinas”.
Azcona explicó: “un productor chico de cerdos, de por ejemplo 80 madres puede enviar a faena sus animales a nuestra empresa y luego vender la carne si cuenta con la matrícula correspondiente”.
Azcona también manifestó su preocupación por la situación del negocio ganadero y el impacto que tienen las políticas oficiales. “Este año se iba a exportar un millón de toneladas de carne vacuna sin que por eso se viera afectado el consumo interno que está muy bien abastecido de las 3 principales carnes, pero ahora no se sabe cómo se sigue. Son medidas que no hacen más que sumarle incertidumbre al negocio y frenan las inversiones a nivel de la producción y de la industria”.
El empresario consideró que esta película es repetida: “con esta intervención se paralizan muchas decisiones de inversión. Nosotros todos los años comprábamos un camión o una maquinaria nueva al punto de que tenemos prácticamente automatizada la faena de porcinos. Esas inversiones se frenan y también a nivel de la producción lo va a reducir la oferta de hacienda y eso va a repercutir en una suba de los precios que supuestamente quieren frenar”.
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