Según la medición del IPCVA el precio de la carne tuvo un fuerte incremento luego de muchos meses de retraso, de todos modos sólo se trasladó a la góndola una parte del aumento de la hacienda.
Luego de varios meses de fuertes retraso respecto de una inflación que no da tregua, el ganado con destino a la faena recuperó algo del terreno perdido en febrero.
La suba desde inicios de año y hasta mediados de marzo fue de 43% para el novillo, 50% para novillitos y vaquillonas, 5% de suba para la vaca de mejor condición y hubo una caída nominal de 7% para la vaca tipo conserva.
Por otra parte, la carne vacuna aumentó en febrero 30%, el porcentaje sin dudas es alto para un solo mes pero hay que tener en cuenta que su incremento fue menor al que tuvo el ganado para la faena. La diferencia es de 15 puntos porcentuales.
Esto indica que los eslabones industriales y comerciales están absorbiendo esta diferencia.
Por otra parte, el caso de las categorías que van al consumo interno (novillos, novillitos y vaquillonas) en el último año acumulan una suba del 73/75% contra una inflación informada por el Indec días atrás de 102,5%.
Un incremento similar tuvo la carne en la comparación interanual por lo que ambos productos: hacienda y carne vacunas, siguen retrasados respecto de una inflación alta y en aceleración.