Desde mediados de los 60 los Oroná operan en el negocio de la carne y gracias a la incorporación de tecnología consolidaron una empresa que vende carne al consumo interno con valor agregado.
Credito: Frigorífico Oroná
A inicios de los 60 el matrimonio Oroná se mudó de Piamonte, Santa Fe a Córdoba donde tuvieron tres hijos, Cecilia, Pablo y Marcelo, los varones hoy conducen el frigorífico que armaron sus padres.
Gracias a la ayuda de los abuelos de Pablo y Marcelo los Oroná armaron una granja avícola que duró poco porque el suministro energético era muy irregular, fue entonces que se metieron en el negocio vacuno, al inicio con una faena muy chica como tantos otros pero a fuerza de empuje y trabajo fueron creciendo hasta consolidar un frigorífico y una cadena de 40 carnicerías en la ciudad de Córdoba.
“Mi padre fue precursor de las cadenas de carnicerías, un negocio que hoy es muy difícil de implementar, en efecto las cadenas que funcionan son las que venden otros productos con los que hace la diferencia económica y usan a la carne como anzuelo” contó Marcelo Oroná, administrador de empresas y encargado del frigorífico junto con su hermano que estudió agronomía. "también fue socio fundador de la ASOCIACION DE FRIGORIFICOS E INDUSTRIAS DE LA CARNE DE LA PROVINCIA DE CORDOBA (AFIC), junto con otros colegas por la década de 1980" "siempre decía que la unión gremial empresarial era fundamental para el desarrollo de la industria local".
Marcelo recordó que desde muy chico se involucraron las tareas de la empresa familiar: “crecimos entre cortes y menudencias”, luego agregó que “en la adolescencia cuando llegaba el verano trabajábamos recorriendo carnicerías, tomando pedidos, controlando los rendimientos”.
Con el paso del tiempo los hermanos fueron tomando las riendas de la firma y también fueron acompañando con inversiones y adaptaciones los cambios en el negocio.
A lo que siempre apostaron en el frigorífico Oroná fue al desarrollo tecnológico lo que les permitió tener una planta modelo ciclo 1 y 2 que produce carne con mucho valor agregado y que presta diferentes servicios según las exigencias del cliente. Pueden vender medias reses, pero también cajas cortes envasados al vacío para clientes que hacen catterings o a restaurantes, y prestar servicios a terceros en la faena, ciclo 2 y flete, además comercializan el producto en diferentes provincias del noroeste como Salta o Catamarca donde tienen distribuidoras.
La planta en definitiva ya está adaptada al cuarteo que exige el gobierno, sólo le falta sumar un poco más de capacidad de frío.
Con respecto a la comercialización de carne Marcelo Oroná dijo: “la demanda está cambiando y hay que adaptarse, antes sólo pedían medias reses, ahora en esos mismos puntos de venta piden más determinados cuartos. Por eso creo que antes o después se terminará instalando la venta por cortes, es cuestión de tiempo para que suceda”.
El empresario además se refirió a otro cambio que tiene que ver con el consumo. La empresa que antes estaba mucho más volcada a la faena vacuna ahora se enfoca en la de cerdos. “Por mes faenamos 1600 vacunos y 3000 porcinos. Estamos trabajando al 70% de nuestra capacidad instalada. Lo que vemos es que se viene incrementando la faena de cerdo porque el consumo pide más ese producto que es más económico. El bolsillo manda y hoy con el dinero necesario para comprar un kilo de carne vacuna que promedia los 1.100 pesos se compran dos kilos de carne de cerdos”.
Ese cambio en el consumo de carnes modificó la matriz de trabajo en la empresa: “hasta el año pasado era mayor la faena vacuna pero desde mediados de 2021 comenzó a crecer la de cerdos. El aumento fue de cerca de 25% mientras que la de bovinos cayó 20%”.
En cuanto a las perspectivas no espera que se revierta esta tendencia al tiempo que consideró que los valores de la carne vacuna tenderán a aumentar por el faltante de hacienda que se evidencia en el mercado.
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