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“Llevamos el agregado de valor en la sangre”

Los hermanos Hergert son jóvenes emprendedores que heredaron de sus padres la pasión por el agro y que apuestan al crecimiento de la industrialización de la carne de cerdos.

Crédito: Familia Hergert

La familia Hergert vino de la zona del Volga en Alemania y se radicó en General Ramírez, Entre Ríos. Trajeron consigo el espíritu emprendedor. Los antepasados de los hermanos Miguel e Irina se metieron de lleno en la producción agrícola familiar a la que le agregaron valor en un tambo primero y luego en una fábrica de quesos que cerraron en los años 90.


Luego su padre, Víctor, y un grupo de amigos compraron alrededor del año 2000 una granja de cerdos que con 120 madres y en la que hoy se obtienen 2.600 capones al año. Pocos años más tarde el criadero empresa quedó en manos solamente de los Hergert que decidieron avanzar en la cadena de valor de esta carne.



Crédito: Familia Hergert


Los hijos de Víctor fueron los responsables de industrializar la carne que se genera en ese criadores y en los de la zona con la puesta en marcha del frigorífico La Piara ubicado en Estación Camps que tiene dos plantas, una en la que se faena y la otra en la que se hace el desposte y la venta por cortes.


“Llevamos el agregado de valor en la sangre. De hecho la idea de producir cerdos fue para agregarle valor a los granos” que se cosechan en el campo familiar, indicó Irina.


“A partir de 2008 le imprimimos otro empuje a la empresa y desde hace poco contamos con la habilitación del Senasa para el tránsito federal de nuestros productos que vendemos 70% en Entre Ríos y el resto en provincias como Misiones, Santa fe o Buenos Aires”, contó la empresaria.


En tanto su hermano Miguel señaló que “desde hace varios años estamos poniendo todas las fichas en el frigorífico. Desde el 2003 comenzó a crecer la producción y el consumo de carne porcina, nos dimos cuenta entonces que materia prima no nos iba a faltar”.


En la empresa dan trabajo a cerca de 60 personas contando los empleos directos en la fábrica y la granja más los indirectos como veterinarios o ingenieros agrónomos.


Y probablemente puedan dar más si avanzan los proyectos que estos jóvenes emprendedores tienen en carpeta. “Estamos invirtiendo fuerte en productos elaborados, en la estructura de la empresa, en la capacidad de elaboración, mejorando la tecnología para también mejorar en calidad de los productos además de sumar otros que todavía no generamos” explicó Miguel quien agregó que además estudian la posibilidad de incrementar la producción en el criadero para aumentar la faena propia de cerdos.

Finalmente destacaron que pese a los problemas que tiene la macroeconomía argentina apuestan con optimismo al crecimiento del sector. Creen que todavía hay chances de incrementar en 4 o 5 kilos el consumo interno y al mismo tiempo desarrollar negocios de exportación que impulsarían más el desarrollo de esta actividad.

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