La Cooperativa santafecina Manuel Gregoret tiene un frigorífico que faena 2.000 vacunos al mes y no cuenta con el capital ni la financiación para implementar el troceo. Sus clientes les piden medias reses, por eso sostienen que la solución es el uso de medios mecánicos
La Cooperativa Ganadera Manuel Gregoret fue fundada el 14 de Julio de 1963 por un grupo de productores en Gobernador Crespo. El objetivo principal era incursionar en la comercialización de ganado, priorizando los intereses de productores (principalmente de mediana y pequeña escala) de la zona.
Los socios fundadores decidieron ponerle ese nombre como una forma de rendir homenaje a quien fue un pionero del cooperativismo en la zona.
Don Pedro Lazzaroni, junto a otros socios, donan las primeras 2 hectáreas de la actual feria de la localidad de Gdor Crespo, comprando la Cooperativa otras 9 contiguas tiempo después.
Con el afán de expandirse, la cooperativa adquirió 8 hectáreas más y construyó allí sus segundas instalaciones a inicios de los 70. Cinco años más tarde inauguró la sede social en esa ciudad.
Con el objetivo de seguir agregando valor en la cadena cárnica, el 4 de octubre de 1980 se puso en marcha el matadero frigorífico que contó con 3.500 metros cuadrados en un predio de 11 hectáreas.
En los últimos años la empresa retomó impulso y vigor y por eso apostó a una serie de importantes inversiones: un camión frigorífico, la reinauguración de la sede administrativa en Calchaquí (además de la puesta en valor de la feria en esa localidad) y la línea de faena de porcinos con tráfico federal de carnes, entre otras.
Todas estas acciones se fueron plasmando en 2017, momento en el que la cooperativa logró emplear a casi 80 personas.
En la firma hoy se faenan 2.000 vacunos al mes. En tanto, la faena de cerdos que arrancó con apenas 200 cabezas hace pocos años ahora llega a más de 1.000 al mes.
Juan Luis Neme, uno de los responsables del frigorífico dijo que los clientes que faenan cerdos les piden la salida de la carne de cerdos en trozos o cortes, pero sucede todo lo contrario con la carne vacuna.
“Nuestros clientes matarifes y carniceros nos piden que les sigamos vendiendo la media res, no quieren trozos, ellos prefieren la media res porque así cuentan con todos los cortes y pueden atender mejor a su clientela. Además es un producto más sano en tanto tiene menos contacto con el medio ambiente”.
La exigencia que buscan imponer el Estado y sectores privados y que podría entrar en vigencia a mediados de enero implica un fuerte inversión en un contexto de alta inflación y ausencia de financiación.
“Se requiere de 150 millones de pesos. Es permitiría poner en marcha el ciclo 2. Hay que invertir en logística, infraestructura y frío pero no hay líneas de créditos y tampoco convendría tomarlas si las hubiera con las tasas de interés que hay y la inflación que tiene la economía argentina”, agregó Neme.
“Nadie está en contra de que el trabajador no cargue más medias reses, en eso estamos totalmente de acuerdo con que se debe terminar, pero la salida está en el uso de medios mecánicos que permitirá que todos los frigoríficos sigan funcionando y que el trabajador no cargue más tanto peso sobre su espalda” finalizó Neme.