En su reciente Outlook Ganadero los técnicos de CREA comentaron las proyecciones que manejan para 2023 y destacaron la preocupación por la retraída demanda interna.
De acuerdo con los datos presentados esta semana en el seminario de la entidad se proyecta una faena de 13,073 millones de cabezas lo que dejaría una producción de carne vacuna de 3,073 millones de toneladas res con hueso, exportaciones por 860 mil toneladas y un consumo de 47 kilos.
Ese es el escenario de máxima, porque la otra posibilidad es que la oferta sea menor y que por consiguiente la producción sea menor y llegue a 2,9 millones de toneladas de carne res con hueso y con exportaciones cerca de las 800 mil toneladas entonces el consumo sería de sólo 43 kilos.
Se trata de dos modelos teóricos planteados por el equipo que conduce José Lizzi.
De que se cumpla uno u otro mucho dependerá de lo que pase con la demanda de China por carne de vacas, qué interés y posibilidades tengan los productores de reponer y retener vientres, si reacciona el consumo interno y qué medidas pueda tomar el gobierno en un año electoral.
El clima sin dudas jugará el papel predominante en las decisiones de los ganaderos, se espera que a partir de febrero y marzo se comience a normalizar el régimen de lluvias y eso podría alentar la retención de hacienda en modelos de recría e incluso la repoblación de campos con vientres para hacerse de stock y liberarse de los pesos.
Los técnicos de CREA manifestaron en ese seminario que también hay dudas respecto de la capacidad de reacción de la demanda interna que se ve muy afectada por la inflación y además por lo que pueda hacer el gobierno que mantiene las restricciones a las exportaciones de determinados cortes y que además establece condiciones de baja competitividad para la exportación. Las medidas podrían ser más drásticas si el interés de la política lo requiere lo que agregaría más oferta a un mercado bien abastecido de carnes.
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