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  • Por: Lic. Ignacio Iriarte

Se adelantó la suba y el escenario es de oferta declinante

El analista Ignacio Iriarte explica lo qué está pasando en el mercado ganadero y cuáles son sus perspectivas.



Se adelantó el proceso de recuperación de los precios. Pese a que la oferta forrajera sigue siendo crítica en gran parte del país, la oferta de gordo -especialmente de vacas y novillos- ha comenzado a caer, tendencia que se acentuaría en las próximas semanas y meses. Esta suba inicial, del 25% promedio, y que es modesta considerando el atraso acumulado y una inflación del 7-9% mensual, se dio en buena parte por la incertidumbre generada por el mismo gobierno (dólar agro, dólar maíz, devaluación selectiva), como así también por las lluvias y por las expectativas de una devaluación. Ante la incertidumbre, se restringe la oferta, los precios aumentan y el proceso alcista se realimenta. Incertidumbre climática, electoral, cambiaria, política, pronóstico de lluvias.


De acá en más, se abre un panorama de oferta ganadera declinante, inflación creciente, huida de la moneda local, mayor tasa de interés, reposición escasa y cara, y un aumento en la receptividad de los campos, que aumentara el margen de maniobra de criadores -que retendrán- y de compradores pastoriles, que intentarán reponer todo lo que vendan. Como telón de fondo, un drástico cambio de política económica y una cada vez más posible devaluación. “Una incertidumbre insoportable”, que llevará a refugiarse en el activo hacienda. La recuperación de los precios reales de la hacienda ya ha comenzado; no se dará por el aumento de la demanda, sino por una fuerte restricción de la oferta. Todo lo que se vendió en exceso desde mediados del año pasado, a causa de la seca, faltará de acá en adelante, especialmente en el año próximo. Mejor perspectiva para la ganadería, especialmente para los criadores.


Oferta

En una reciente reunión en un frigorífico exportador, el jefe de compras de hacienda informó al directorio que en el 2024 y 2025 la oferta de vacas iba a caer un 20% anual y la de novillos entre un 7% y 10% anual. En el caso de las vacas, opinó que apenas el clima se regularice los criadores dejarán de vender vientres útiles, y que la faena de esta categoría caerá de los 250-300 mil cabezas actuales a 180-200 mil vacas mensuales. “Se producirá una marcada retención porque los criadores tendrán campo y querrán volver al stock de vientres de equilibrio de cada establecimiento”. En cuanto a los novillos, en algún momento del segundo semestre comenzarán a caer, porque se ha matado mucho novillito y porque el destete 2024 será un 7-10% inferior al del 2023, por lo que inexorablemente si cae el destete caerá luego a lo largo de los meses la faena de machos. Sostuvo además que la producción de carne de la Argentina va a caer el año próximo unas 200-250 mil toneladas con respecto al año 2023, y que eso es un indicador propio de una fase de retención del ciclo ganadero, retención que ya se comenzará a ver en los últimos meses del 2023, pero especialmente en 2024 y 2025. “Hemos perdido no menos de 2 millones de cabezas a causa de la seca, y los ganaderos, que en su mayoría están sólidos financieramente, se dedicarán apenas los campos mejoren a recomponer el stock de sus campos”. “La escasez de ganado podría ser más acentuada, concluyó, si la caída en el destete 2024 resulta mayor a los 1,5 millones de terneros que hoy se calcula: muchos productores, proveedores del frigorífico, han tenido una baja en la preñez muy superior al 10-12%. Podríamos entonces estar experimentando una caída importante de la oferta ganadera en los dos años que vienen”.

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